
Aguas que unen
Habitantes que confluyen por amor al río, curiosidades que llevan a explorar la naturaleza de barro, arena y aguas marrones que caracteriza a nuestro territorio. Eternos enamorados por esta tierra.
María Alejandra Grimaux, Elizabeth Heidenreich y Sergio Oscar Monzón, remeros talenses, supieron contagiar su amor y sensibilidad por el río Gualeguay, a entrerrianos, habitantes de provincias vecinas y de la República Oriental del Uruguay. En diálogo con María Alejandra Grimaux, conocida por su apodo Mariale, una de las gestoras del encuentro, nos narra lo vivenciado junto a sus pares.
“Es un recorrido muy habitual entre los habitantes de la región” detalla, Mariale. No obstante, Uniendo puentes (fig.1.), nace en el año 2022 como iniciativa compartida para sensibilizar sobre el terruño entrerriano, moldeado por el rio Gualeguay.

Este año, participaron aproximadamente 50 personas, oriundas de Corrientes, Rosario, Paraná, Santa Fe, Pergamino, Carcarañá, Concepción del Uruguay, y desde la República Oriental del Uruguay. Con 39 botes y algunas piraguas, el gran grupo inició su viaje desde el Balneario “Dr. Delio Panizza” de Rosario del Tala, con paradas intermedias planificadas, hasta acampar al anochecer en un hermoso arenal de la costa. A la mañana siguiente, el contingente siguió viaje hasta el balneario “Arenas Blancas”, de la localidad de Urdinarrain (fig. 2, 3 y 4). El tramo total fue de 72 km, realizado en 2 días: El primer día viajaron 37 km y el segundo día 35 km aproximadamente.
“Cuando hicimos la convocatoria, el río estaba a 20 cm y junto con mi amiga remamos río arriba, y fascinadas por el esplendor del rio en un día domingo, tomamos la decisión de mantener la travesía” comentó Mariale. “El año pasado fueron el doble de personas, pero en esta segunda edición, la participación fue menor por el temor a la baja altura del río” aclaró.
¿Qué los motivo a navegar por el Gualeguay?

“Mucha gente vino porque ya lo conoce, porque es místico, porque cada vez que lo haces en distintas alturas siempre te muestra otra playa, otro animal, otra barranca, siempre vez algo distinto, siempre que vas te enamoras más”
“El que volvió es porque lo conoce y volvió enamorado. Y el que lo hizo por primera vez, que hubo mucha gente este año que lo hizo por primera vez, se fue encantado y diciendo que es un lugar soñado. Eso llena el alma, traerlos al lugarcito de uno, que hablen tan lindo, que les guste y verles la cara de asombro” expresó la kayakista. (fig. 5 y 6).

Dios los cría y el rio los une
“Desde chica con mi papá íbamos todos los años a acampar y el me enseño lo que es el rio, antes salíamos con él en el bote con dos remos. Después la vida te cambia, las historias y después un día me enteré que estaban enseñando canotaje y bueno volví al río, Sali en piragua, Sali en kayak. Me compré mi primer kayak, empecé a salí a hacer travesías afuera de Tala, conocí mucha gente y tal es así que nos invitan de todos lados también y bueno después la invité a mi amiga y nada hemos ido por un montón de provincias, descubriendo ríos nuevos y gente nueva” recuerda María.
Transitando estos espacios, surge la idea entre Mariale y su amiga “La Rusa” de invitar a sus compañeros de travesías a que conozcan el entorno natural y local del Gualeguay.

¿Proyectan una nueva travesía para el próximo año o a futuro?
“siempre y cuando el río nos los permita, lo vamos a hacer todos los años a fines de septiembre. Es la segunda vez que lo organizamos y pusimos la fecha y tanto el clima como el río lo permitió. El rio es tan cíclico y tan dinámico que nunca sabes en realidad a que altura va estar para cuando lo proyectes, así que son cosas que salen casi con no más de 20 dias de anticipación” concluyó. (fig.7).
Fluir con plásticos
En relación a las amenazas sociales y ambientales arraigadas al río, Mariale destacó a la presencia de residuos como una de ellas y detalla “Todo el río está minado de botellas, plásticos, latitas de cervezas, y en los lugares donde se encuentran la gente se van y dejan sus residuos, no tienen el hábito de volver” A este paisaje plástico, que se refleja en la mayoría de los cursos de agua de la provincia, se le suma la acumulación de trasmallos para pesca. “Es un uso abusivo de trasmallos, 19 contamos, entre Tala y Urdi, nos tomamos el trabajo de ir contándolos, 19 y no los podés tocar”.

El acompañante autoconvocado
La jornada se destaco por un personaje particular, de 4 patas, que no se limitó a solo observar la salida e inicio del viaje grupal (fig. 8). “En el balneario suelen abandonar perros, y en este año en particular, han dejado uno que acompañó el trayecto del contingente, fue corriendo a la par nuestra en la costa, fue cruzando el río y zigzagueando el río y caminaba por las barrancas. En cada parada donde nosotros descansábamos un rato, le dábamos comida y agua, se acostaba y se dormía la siesta. Fue nuestra mascota, la mascota de todos, rubio, gringo, un genio”
Al volver, fue traído en auto y se iniciaron las tratativas para lograr su adopción. “Autoconvocado y autosuficiente más que ninguno” así lo definió Mariale.
