Documental Historia de un Amor | Paraná Medio lucha Anti Represas 1996 -1997
El agua es la esencia de la vida, nos constituye: la tierra es agua, somos agua. Ella recorre nuestro cuerpo como un curso que va del río al mar. Basta con hacer un repaso rápido de nuestra rutina para dar cuenta de todos los ámbitos de nuestro día a día en los que utilizamos agua. En este sentido, es fácil entender que necesitamos del agua para vivir. Pero entonces, ¿cómo es posible que todavía haya personas que no cuenten con agua potable de fácil acceso?
La falta de agua es la consecuencia de la pobreza y la desigualdad en las relaciones de poder, sumado a que el cambio climático profundiza tal problema. En este marco, diferentes luchas colectivas en diversos ámbitos han logrado que, tanto en legislaciones nacionales, como provinciales y locales, se haya establecido al agua y el saneamiento como un derecho humano básico. ¿Qué quiere decir esto? Refiere a que todas las personas tenemos el derecho de acceder a la cantidad de agua potable suficiente para realizar nuestras actividades cotidianas, ya sea para consumo, saneamiento, lavado de ropa, preparación de comidas e higiene personal y doméstica. Al establecerse como un derecho humano, se constituye una nueva obligación que el Estado, en todos sus niveles, debe responder.
En el ámbito internacional, la primera vez que se habló de cantidad básica de agua para satisfacer necesidades fue en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Agua, realizada en Mar del Plata, en 1977. Actualmente, varios países se han comprometido a garantizar diversos derechos con la firma de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Entre los diecisiete objetivos a cumplir para el 2030, en el número seis se encuentra el agua limpia y el saneamiento. El mismo busca garantizar la disponibilidad y gestión sostenible del agua y el saneamiento de forma universal y equitativa.
Bajando a la esfera nacional, contamos con el artículo 41 de la Constitución Nacional que nos garantiza el derecho a un ambiente sano. Si bien no habla explícitamente del agua, por supuesto que la contiene ya que la necesitamos para desarrollarnos de forma sana y equilibrada. No obstante, buscando abordar la problemática del agua en forma particular, se firmaron en 2003 los Principios Rectores de Política Hídrica de la República Argentina. Allí se sientan unas bases jurídicas sólidas con la finalidad de gestionar el agua de forma eficiente y sustentable.
La Reforma del 2008 de la Constitución de la Provincia de Entre Ríos concretó grandes avances en materia socio – ambiental. Lo primero a destacar es el artículo 83 en el que se establece al ambiente como una política de Estado, buscando la aplicación de los principios de sustentabilidad. En segundo lugar, el artículo 85 define el acceso al agua saludable, potable y su saneamiento como un derecho humano fundamental.
Luchas entrerrianas por el agua
Tanto el reconocimiento del agua como derecho humano básico hasta otro tipo de leyes y ordenanzas que se relacionan con el tema, fueron logradas gracias a la lucha colectiva de organizaciones ambientalistas y ecologistas. Particularmente, el pueblo entrerriano tiene una riquísima historia de militancia y resistencia. El movimiento social histórico en la defensa del Agua y la vida que rechazó el proyecto de represar el río Paraná, en los años 1996 y 1997, es un claro ejemplo de ello. Las organizaciones nucleadas en la Asociación de Entidades Ambientalistas de la Cuenca del Plata, en conjunto con docentes, artistas, sindicatos y la ciudadanía en general, alzaron su voz e hicieron escuchar sus reclamos que fueron escuchados por legisladores provinciales, que sancionaron la Ley Antirrepresas 9092, el 25 de septiembre de 1997. Fue la primera ley en el mundo que prohíbe explícitamente represas sobre los ríos de llanura Uruguay y Paraná y, posteriormente el Gualeguay, en el interior de la provincia de Entre Ríos.
Años después fue la lucha contra la instalación de las pasteras de celulosa sobre el río Uruguay. Nuevamente, el pueblo entrerriano salió a la calle movilizando a la comunidad de Gualeguaychú y de toda la cuenca del río de los pájaros. Sin embargo, el traslado de las industrias contaminantes que necesitan agua para producir y descargar sus efluentes continúa como una amenaza latente para nuestros cursos hídricos. Actualmente, nuestros territorios de agua se ven afectados por la producción agrícola y ganadera, sumado al vigente proyecto de la hidrovía Paraná – Paraguay, que busca utilizar nuestros ríos como autopistas de transporte de cargas.
Cuidar el Agua es cuidarnos y reconocernos como un Pueblo del Agua.
Bibliografía:
– Derecho al Agua
– Principios Hídricos
– Reforma Provincial
– Abuela grillo